Transformación Digital en el Sector Agrario: Soluciones Innovadoras para Desafíos Actuales y Futuros
En la era actual de avances tecnológicos, términos como el análisis de datos, la nube, big data o IoT están emergiendo en el sector agrario, considerado rezagado en esta revolución 4.0. Estos cambios ya están transformando la forma en la que los agricultores gestionan sus explotaciones. A pesar de ello, hay un factor clave que está impidiendo que se desarrolle todo su potencial: La falta de relevo generacional.
Con el 41% de los jefes de explotación por encima de los 65 años (CA2020), la brecha digital se acentúa. A menudo, esta realidad va de la mano con la falta de interés, lo que representa un desafío significativo para la digitalización del sector. Para lograrlo, responsables políticos, entidades públicas y privadas, deben unir fuerzas para garantizar una digitalización que sea inclusiva y accesible para todos los integrantes del ámbito agrícola, desde grandes empresas hasta pequeñas explotaciones familiares.
La combinación de digitalización y buenas prácticas agrícolas se presenta como un pilar fundamental para afrontar los desafíos del sector agrario. El cambio climático está afectando a los patrones climáticos, haciendo más frecuentes los eventos extremos como sequías e inundaciones, resultando en pérdidas significativas que pueden llegar a suponer un 6% del valor de la producción agraria anual, según datos de COAG. A su vez, la escasez de recursos naturales, como agua y suelo fértil, combinada con una gestión ineficiente, está conduciendo a una preocupante degradación del suelo y pérdida de biodiversidad.
De acuerdo con el informe RA23, los costes de producción se han disparado, especialmente en fertilizantes, enmiendas, piensos y energía. Dicho incremento, plantea una amenaza latente sobre la viabilidad económica en muchas explotaciones. Adicionalmente, la FAO presenta un reto para el año 2050, donde la demanda mundial de alimentos se incrementará en un 50%, con una población que superará los 9.700 millones de personas.
Las herramientas digitales, como el monitoreo a través de sensores próximos o remotos, permiten al agricultor abarcar los 3 espacios temporales. Los datos recopilados permiten comprender lo que ocurrió en el pasado, evaluar las prácticas actuales y, basándose en registros históricos, realizar predicciones sobre eventos futuros. Esta información requiere filtrado y análisis para garantizar la calidad de los datos. Así, llegado el momento de tomar una decisión sobre el manejo del cultivo, se cuenta con datos confiables que permiten obtener prescripciones mediante inteligencia artificial. Estas recomendaciones sirven de base para que el agricultor tome una decisión final fundamentada.
Los propios agricultores que han decidido optar por estas soluciones, están experimentando una mejora significativa en su capacidad de prever y mitigar los impactos del cambio climático, lo que los hace más sostenibles al reducir el consumo de insumos y los costos asociados. Igualmente, están logrando cosechas más abundantes y regulares. En general, expresan cómo la tecnología les ha aliviado la carga de trabajo, permitiéndoles enfocar sus esfuerzos hacia actividades estratégicas y disfrutar de una vida personal más equilibrada.
En un sector que se caracteriza por una alta resistencia al cambio, es crucial dar voz y divulgar la experiencia de estos agricultores digitales. Sus testimonios compartiendo sus experiencias y resultados sobre el terreno son la mejor manera de despertar interés por el cambio y poder atraer talento y juventud a un campo que lo necesita.