Caminando hacia la inclusión energética
Según el World Bank, todavía hoy en día 800 millones de personas no tienen acceso a la energía. Y siendo esta el pilar principal para el desarrollo de la economía, es imprescindible proveer de soluciones que contribuyan a reducir la brecha socio-económica entre países.
Con el objetivo de solucionar el acceso a la energía, países con mayor cuota de exclusión energética están llevando a cabo numerosos proyectos, basados fundamentalmente en la expansión de la red nacional eléctrica o a través de la instalación de microrredes híbridas. Sin embargo, ambas soluciones no son viables para aquellas zonas más remotas y de difícil acceso. Es por ello que la dinámica actual busca solucionar estos casos de manera individual, a través de sistemas solares autónomos individuales.
En este contexto, y con el objetivo de emprender un cambio, Solartia e IED han analizado a fondo la problemática actual de los sistemas individuales para las zonas no interconectadas.
Buscando una potencia mínima que garantice el consumo básico de subsistencia, los sistemas actuales están basados en kits solares de piezas individuales que son integrados en el hogar del usuario el mismo día de la instalación. Bajo este principio, una elevada mano de obra cualificada y un mantenimiento intensivo a lo largo del tiempo son las principales características de dicha arquitectura. Si adicionalmente vemos las pocas barreras que hay para impedir un robo o desmantelamiento del sistema, podemos entender la poca escalabilidad de esta solución a largo plazo.
Tras un periodo de entendimiento de dicha problemática, entendimos que una vez más la tecnología podría ayudar a crear un producto escalable y duradero en el tiempo. A partir de ahí, el control de temperatura y su relación con la potencia de salida, así como del estado de salud de la batería, comenzaron a ser los pilares del proyecto interno.
Ambos equipos entendimos desde el inicio que la inclusión energética ha de ir más allá de garantizar acceso energía. Ha de buscar no solo el desarrollo económico de las regiones, sino también conectar a dichas poblaciones con el resto de la población del país. Entendiendo el contexto de las zonas no interconectadas debíamos analizar la posibilidad de conectar telecomunicaciones. Es por ello que en paralelo comenzó una investigación en torno a cómo extraer/enviar datos de dichas localizaciones tan remotas.
Desde el principio tuvimos clara una postura, y es que si los países líderes del mundo se basan en tecnología para seguir evolucionando su economía y su estilo de vida, ha de ser una vez más este mismo principio el que apliquemos en cada aspecto de nuestra investigación. Sin tecnología no hay progreso sostenible, y sin electrónica que habilite dicha tecnología, tampoco. Por tanto, el camino hacia la inclusión eléctrica en estas zonas no interconectadas pasa irremediablemente por ellas.