
El equipo: nuestro mejor activo
Cuando le pedimos a Denis, responsable del equipo de producción, que escribiera un artículo para el blog sobre los procesos de producción, esperábamos un texto técnico, algo más centrado en maquinaria, tiempos, calidad…
Pero nos encontramos con algo muchísimo mejor.
Un texto que no necesita grandes explicaciones. Que no habla de datos ni de procesos, sino de personas. De lo que realmente hace funcionar IED cada día: el equipo.
Lo compartimos tal cual, porque creemos que lo más importante que podemos hacer es invitarte a leerlo y dejarte llevar.
Gracias, Denis. Y gracias a todo el equipo.
El equipo: nuestro mejor activo
Hoy no os voy a hablar de temas actuales ni de inteligencia artificial, KPIs, guerras, ni de lo buenos o buenas que somos. Tampoco del concierto de Coldplay y lo que hizo Andy.
Hoy quiero hablaros de algo mucho más cotidiano, pero igual de importante: el día a día en producción.
Ese que empieza antes del primer pitido y termina cuando se apaga la luz. Porque detrás de cada pedido entregado, cada línea optimizada y cada incidencia resuelta, hay algo que lo hace posible: PERSONAS.
Y si hay algo que realmente marca la diferencia en nuestro trabajo, es el ambiente que hemos construido.
Un ambiente que no es casualidad
Es el resultado de muchas pequeñas cosas: saludos sinceros por la mañana, bromas, el café compartido, el apoyo cuando alguien tiene un mal día, las alegrías y problemas que traemos de casa… y esa sensación de que, pase lo que pase, no estás en esto a solas.
Desde dentro: más allá de los números
En este artículo del blog quiero compartir cómo es trabajar en IED desde dentro. No desde los datos, sino desde las personas. Desde el equipo. Desde lo que hace que, incluso en los días más duros, te vayas a casa con la sensación de haber hecho algo que merece la pena.
El equipo como clave del éxito en producción
En producción, donde cada segundo cuenta y los márgenes de error son mínimos, hay un factor que muchas veces se subestima: el ambiente humano.
Con el tiempo he aprendido que los mejores resultados no vienen solo de tener buenos procesos o maquinaria eficiente y cara, sino de contar con un equipo cohesionado, motivado y con ganas de hacer bien las cosas.
Nuestro equipo es diverso: personas con años de experiencia, jóvenes con ideas frescas. Cada cual aporta algo único, pero lo que nos une es una cultura de respeto, colaboración y confianza.
Comunicación constante, informal pero efectiva
Una de las claves de nuestro buen ambiente es la comunicación. No solo en reuniones, sino en el día a día, en los descansos, en los pequeños gestos.
Nos hablamos con claridad, sin rodeos, pero siempre con respeto.
Muchas de las mejoras que hemos implementado han salido directamente del equipo. Porque cuando las personas sienten que su voz cuenta, se implican mucho más.
Un ambiente que también se ríe
Sí, trabajamos duro. Pero también sabemos reírnos.
Las bromas, los bocatas, los cumpleaños con tortillas del polígono… todo eso suma.
Porque un equipo que se ríe junto, también sabe enfrentarse mejor a los momentos difíciles.
¿Y los resultados?
Se notan. Menos errores, más compromiso, menos rotación, más ideas.
Pero, sobre todo, se nota en algo que no se puede medir con un KPI: las ganas con las que la gente viene a trabajar cada día.
Un día cualquiera en producción
El día empieza pronto. Hay quienes llegan con café, con música, también a medio despertar… pero siempre hay alguien que suelta la primera broma del día.
La reunión de arranque es clave: alineamos objetivos, compartimos incidencias, y sobre todo, escuchamos. Porque muchas veces, las mejores ideas salen de ahí.
Después, el ritmo se acelera. Pero aunque el trabajo sea exigente y preciso, el ambiente nunca falta. Se nota en los gestos, en cómo se ayudan, en cómo se celebran los pequeños logros.
Aquí nadie se esconde. Si hay que arrimar el hombro, se hace. Si hay que parar y pensar, se para. Y si hay que reírse, se ríe.
Liderar con propósito
Mi trabajo no se limita a que las cosas funcionen. Se trata de que funcionen bien, de forma sostenible, eficiente y cercana.
Porque cuando el equipo está motivado, cuando hay confianza mutua, cuando se respira respeto y colaboración, los resultados llegan solos.
💙 A mi equipo, que ya sabe quién es
Aunque el día a día esté lleno de tareas, reuniones y decisiones y muchas veces no hay tiempo o me cuesta expresar mis emociones, quiero que sepáis algo muy claro: ¡os valoro muchísimo!
Gracias por estar ahí, por empujar, por sumar, por hacer que esto funcione. No solo en lo profesional, sino también en lo personal.
Porque lo que tenemos va más allá del trabajo: es confianza, es respeto, es equipo de verdad.
Oye y ya que estamos… Y como se que estáis ya con la maleta hecha (o al menos en modo verano activado), aprovecho para desearos unas vacaciones llenas de descanso, risas y buenos momentos.
Recargad pilas, disfrutad de vuestra gente, y volved con las mismas ganas con las que hacéis que esto funcione cada día. ¡Nos vemos a la vuelta con energía renovada!
Denis Asenov